domingo, 7 de junio de 2009

Entrevista Revista "Nueva"


Axel, el melódico :

Optimista y apasionado, Axel Fernando Witteveen (32) cuenta que, a tono con una de sus canciones más populares, celebra la vida cantando, de buen humor, y sin acumular problemas. Tiene 5 nominaciones para los premios Gardel, lo máximo en música, y acaricia el éxito de su último álbum.


Mamá Witteveen sufrió como loca las dos veces que Axelito se armó las valijas y se mandó a mudar a la casa de sus tíos. Es que el chico soñaba con ser músico, y su papá Patrick no quería saber nada con las fantasías artísticas del segundo de sus cuatro hijos. Corrían los años noventa, y la salida del colegio secundario era inminente. Había que elegir un camino y, a contramano con los deseos de su padre, el chico siguió sus instintos e hizo lo que quiso: música. Hoy Axel es uno de los cantautores melódicos de la Argentina que más presencia tiene en el mercado musical latinoamericano y que, sentado al piano o con su guitarra en mano, en un concierto en vivo o por YouTube, atrae a miles de fanáticos que lo siguen, muchos desde hace diez años, cuando empezó a peregrinar hacia la constelación de estrellas del pop.
“Colombia, Ecuador, Venezuela, Chile, Uruguay, Paraguay, Perú, Bolivia, Panamá, Costa Rica, Guatemala, El Salvador, Nicaragua, México…”. Axel enumera, a toda velocidad y con tono de Feliz domingo, los lugares de los que viene y a los que va, todo el tiempo: es que este cantante, que emergió del sur del Gran Buenos Aires y tocó por bares de la costa atlántica, ya logró meterse en el bolsillo al público de todos esos países. Ahora, y mientras promociona Universo, su último disco, va por la conquista de Europa, empezando por España.
–¿Y ahora? ¿Qué te gustaría que pasara con el público?
–Me gustaría que la gente entendiera el mensaje que llevo en las canciones, porque uno hace canciones que tienen historias, para desahogar ciertas cosas, identificarse por ciertas otras, para utilizarlas en su vida. Pero también hay canciones que tienen mensajes, como Celebra la vida u Hoy es hoy, que está bueno que la gente los interprete y los pueda poner en práctica también. Y me gustaría, por supuesto, que el público creciera en todos lados.

–¿Te preguntás para qué querés que estos mensajes peguen?, ¿o funcionás por instinto?
–Seguir mi intuición es como el pan de cada día para mí. Soy una persona que se guía por la intuición, por lo que me pide el cuerpo, por lo que el universo me manda como señales. Entre mis canciones, hay algunas que tienen un mensaje importante, contado muy simple, pero con profundidad… No, no me pregunto mucho el para qué. Pero hay canciones que me nacen, y a mí me encantaría que a veces hicieran reaccionar a la gente con ciertas cosas. De repente, con la toma de conciencia de lo que significa la vida, cuidar la tierra, vivir bien y celebrar la vida todos los días.

–¿Y vos cómo celebrás la vida cada día?
–Yo soy una persona súper feliz, muy optimista. Celebro la vida todos los días cantando, por supuesto, levantándome de buen humor. Viendo las cosas como son, no como malas o buenas, porque las cosas malas o buenas no existen. Celebro la vida todos los días tomando la vida y el universo como vienen, dejándolos fluir, no acumulando problemas, sino tratando de resolverlos rápido, y si hay algo para lo que no encuentro solución, se lo dejo al universo, y que Dios haga lo que tiene que hacer; no me meto. Celebro la vida todos los días tratando de estar en contacto con la naturaleza, en equilibrio, y viviendo con la madre tierra. Trato de estar en contacto con mis sobrinos, porque son gente muy pura.
Las palabras de Axel se alinean con el estilo de vida que cuenta que lleva: tres veces por semana de meditación (si tiene que ser arriba de uno de los diez aviones que se toma por mes, que sea), una dieta vegetariana al ciento por ciento, un proyecto avanzado de casa sustentable en la montaña cordobesa y nunca, pero nunca, un solo cigarrillo o una borrachera. Y basta repasar temas como Memé, un homenaje de amor a su abuela, o Estrellitas, la canción de cuna que compuso para su sobrino y ahijado de un año y medio, para saber que la familia es, para Axel, alimento para el alma. “Y… yo soy muy familiero –confirma–. Vivimos todos juntos. Mi casa está a 20 cuadras de la de mi hermana, a 30 de la de mi mamá, a 25 de mis otros hermanos, de mis abuelos, de mis tíos. El estar tan cerca hizo que fuéramos muy unidos; en las reuniones familiares, somos veinte millones”, cuenta, y describe todo un clan que se aposta en los alrededores de los barrios bonaerenses que lo vieron crecer: Rafael Calzada, Adrogué, Mármol, Temperley.

–¿Y cómo manejás el estar tanto afuera, lejos de ellos? Para ustedes que son tan unidos debe ser…
–Muy difícil (completa la oración). Pero por otro lado, es muy bueno. Porque uno ejercita el desapego, que es muy importante en esta etapa evolutiva. Hay que practicarlo, no solamente con las cosas materiales. No es fácil, porque uno quiere estar cerca de sus seres queridos, sus amigos y su barrio. Ok: sí extraño a mis viejos, a mis sobrinos, a mis hermanos, pero uno tiene que saber que siempre está, más allá de lo físico. Y no te puedo decir que no es difícil, es duro, no soy un sabelotodo que la tiene re clara. Vengo a Buenos Aires dos días cada mes y medio. Y sí, es así. También uno tiene que ser consciente de que todo lo que le pasa en la vida es una elección de uno. Entonces, si yo estoy en este momento es porque, en algún punto, lo habré elegido y deseado tanto que me pasó. Y hoy estoy en este momento y lo tomo como viene, como una bendición.

Y en estas elecciones, ¿sentiste alguna vez que te habías equivocado?
–Cuando estuve viviendo en México dos años, volví y pensé: “Qué mal, qué mal que la hice. Estar allá dos años, desaparecido de todo, no me salió nada bien”. Entonces decidí que le tenía que sacar provecho a eso y ver qué me había querido decir el universo. Al tiempo de volver a la Argentina, me di cuenta de que había sido positivo, porque había crecido mucho. Yo me fui muy chico, a los 21 años, solo. Entonces había sido muy bueno haber ido y quedarme sin plata para comer, y tener que salir a tocar por el subte de vuelta, con dos discos ya editados. Y vender mi ropa, como si hoy tuviera que agarrar toda esta ropa y decir: “Bueno, no tengo para comer, ¿qué hago? La vendo en la calle”. Y no tuve vergüenza, no se me cayeron los anillos por hacerlo.
Después de aquel traspié, que asegura que lo hizo crecer de un golpazo, Axel comenzó una carrera en ascenso; y el tercer piso de la casa de mamá y papá empezó a llenarse de discos de oro, discos de platino, un premio Gardel y otro MTV, y fotos de conciertos en teatros como el Opera, el Rex o el Luna Park. Este año, Axel lo inició tocando ante unas cien mil personas en Mar del Plata y siguió con multitudes parecidas en un show en Río Negro. No tiene reparos en contar que, después de los bises y la despedida, nuestra estrella pop se apoyó contra una pared y, solito en su camarín, se largó a llorar como un chico. “Esos dos conciertos, de tan emocionantes, fueron como una patada voladora en el pecho. Tan grosso que cuando llegué al camarín, lloré aproximadamente quince minutos y no podía entender por qué. Aparte fue así: todos felices, mi manager, los auspiciantes, la gente de la compañía, en el camarín todo el mundo, fotos, pun, plan, disco de oro, de platino… Cuando me quedé solo, no me preguntes por qué, empecé a llorar. Creo que vi la película de mi vida: se me cruzaron momentos como el de vender ropa en la calle, tocar en el subte, con todos los sueños que tenía, y mis sobrinos, mi familia… Se mezclaban doscientas mil cosas que hacían que yo llorara. Creo que fue una comunión con las 120 mil, 150 mil personas que había ese día, una unión tan grande que hizo que toda esa energía explotara de esa manera. Y yo, a moco tendido, ahogado, como un chico”.

Es tiempo de decirle a Axel que vienen dos preguntas más y quedará liberado. Respuesta sorpresiva: “Tranquila, porque yo estoy acá y ahora en este momento”. Momento, entonces, de hablar de amor: “Me gustaría alguna vez poder parar un poco y formar una familia, tener hijos. Siempre y cuando sea la voluntad de Dios. Hoy volví a estar solo después de un tiempo, pero estoy bien. Deseo y sueño, sin estar buscando todo el tiempo, que esa mujer aparezca, y que entienda mi forma de ser. No soy difícil, pero tampoco de lo más fácil. A veces hay que decir: ‘Me voy un mes de gira y vuelvo por un día’, y creo que por eso se terminan la mayoría de mis relaciones, porque falta una persona que lo entienda. El amor es libertad, la pareja es libertad. No pretendo que la mujer que salga conmigo deje su trabajo, no, al contrario: que le dé para adelante. Me gustaría criar a mis hijos, entonces pararé un poco y organizaremos la carrera de otra manera. Hoy, concretamente, no hay ningún proyecto de familia”.

–¿Hay algo de tu carrera que vivas con menos naturalidad?
–No, la verdad es que no. Yo estoy acá y ahora, y vivo el momento presente. Ahora estoy entregado a vos y con todo el amor para responder cada cosa. Cada cosa de la vida la vivo así. Soy una persona muy apasionada, que hace las cosas con toda la energía y la pasión.

–¿Salir del teatro dentro de una caja de instrumentos después de un show, también lo vivís con naturalidad?
–Eso me divierte. Es lo lindo. Yo soy una persona… (piensa) muy simple. No me complico la vida. Yo juego. Yo juego a ser una estrella. Pero realmente yo no soy eso. Vos tampoco sos periodista. Vos jugás a ser periodista, pero nosotros somos mucho más que eso. Jugamos a tantas cosas… Pero, en realidad, somos un alma que va a seguir evolucionando, y esto es un ratito nomás, el tiempo que nos toque. Yo, gracias a Dios, vivo de lo que amo. Es lo que elegí para jugar en esta vida. Y no hay nada que me pese de esta carrera. Lo vivo con mucha alegría.
Pronto será es la entrega de los Premios Gardel y Axel está nominado en cinco ternas. “Y si gano uno, o gano cinco… Total no somos eso. Jugaré a ganar alguno y jugaré a subir y a decir algo lindo. Y si no, estaré feliz de compartir con los demás la alegría de mis nominaciones”.
Ahora, cada vez que Axelito se arma la valija, papá y mamá podrán extrañarlo un poco, pero al menos ya saben que el chico eligió hacer lo que quiso, y le fue bien. Cada vez mejor.


Axel en números

Si el éxito de un artista se midiese en
términos numéricos, podría decirse que las cifras de Axel son elocuentes. En
diez años de carrera, lleva lanzados cinco discos; algunos de sus videos subidos al sitio de Internet YouTube registran millones de reproducciones, como es el caso del clip de Amo, con 4.983.026, o de Tu amor por siempre, con 1.644.836. En Facebook, el chico ya tiene su propio espacio, y la cantidad de fans está a punto de alcanzar los 8500. Menciona que, por mes, se sube al menos a diez aviones para dar conciertos o promocionar sus discos. Entre agosto y octubre dice que cerrará en la Argentina la gira del disco Universo, que para entonces tendrá un año y seis meses de circulación, con visitas a Córdoba, Buenos Aires, Rosario, Mendoza, San Juan y Tucumán.

2 comentarios:

  1. hola soy de uruguay de soriano te juro que amo a axel estoy dispuesta a ir a argentina a almenos a verlo en algun concierto es la luz de mi vida mi voluntad de seguira delante con las clases de canto y de guitarra con mis compañeras gracias aymar

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  2. hola soy estefani yo tambien amoi a axel y con aymar estamos pensando en ir a algun concierto lo amamos

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