"Nunca había ni soñado esta noche. Vamos a divertirnos y a pasarla bien”. Con esas palabras, Axel dio el sábado por la noche el puntapié inicial de su presentación en Vélez, para ponerle el punto final a su gira “Un nuevo sol tour”. El comienzo estaba previsto para las 21, pero los cuarenta y tres minutos de demora sirvieron para que más de 35.000 almas llenaran los espacios vacíos de las tribunas y el campo y prepararan su voz y sus palmas para ser testigos de un show inolvidable. Tal cual lo había anticipado en los días previos, Axel no defraudó a sus fans. Fueron dos horas de un espectáculo con una vistosa puesta en escena, que combinó alegría, paz, amor y emoción. El hombre nacido en Rafael Calzada hace 35 años, que empezó a tocar el piano a los cinco, pudo cumplir el sueño de llenar el estadio de Vélez. Y, a cambio, le regaló a sus seguidores varias sorpresas.
Tras intercalar algunas canciones de su último disco con varios de sus temas más populares, llegó el turno del primer invitado de la noche. La tonada y la melena rubia con rulos develó rápidamente el misterio: David Bisbal apareció en el escenario para sumarse a la gran fiesta en Liniers. Juntos entonaron “Ojalá” y “Dígale”, e hicieron delirar a la platea femenina. Sin dudas, la presencia del español fue algo inesperado para el público, que recibió el agasajo con los brazos abiertos y muchos suspiros.
Y hubo más para disfrutar. Minutos después, el grupo Miranda! entró en acción con su “Ya lo sabía” y, acto seguido, los tres le rindieron homenaje a John Lennon: a 32 años de su muerte, cantaron el clásico “All you need is love”.
Casi sin poder disimular su timidez ante la multitud, Mateo Iturbide, ex participante del reality televisivo “La Voz Argentina”, completó la ronda de visitas. El galán marplatense secundó al gran protagonista de la noche en el tema “Miradas” y, si bien no llegó a cautivar a las chicas como sí lo hizo a través de la pantalla chica, se llevó sus merecidos aplausos.
Los momentos más emotivos llegaron de la mano de “Angel dorado” y “Es ella”, temas que Axel le dedicó a su hermano y a su hija Agueda, a quien se la pudo ver en tiernas imágenes junto a su papá, a través de las dos pantallas gigantes ubicadas a los costados del escenario. Por supuesto, sobraron las lágrimas.
Los lentos “Amo”, “Verte reír” y “Te voy a amar” sensibilizaron a todos, incluso hasta al propio Axel, que no ocultó su emoción. Sin embargo, el clima enseguida se tornó festivo y el dueño del micrófono -y también del piano y del ukelele- se encargó de animar a todos al compás de sus temas más motivadores: “Todo vuelve” y “Celebra la vida”.
Para el final, Axel fue por más y le puso el broche de oro a la velada. “Hasta donde llegue”, advirtió antes de bajar las escaleras y emprender un improvisado recorrido por la tribuna para entregarse de lleno a su público. No pudo llegar muy lejos, apenas unos metros. Cuando las manos intrusas lograron dejarlo sin remera, el ídolo pegó la vuelta. Era la hora de despedirse, según su propio testimonio, del show más importante de su vida.
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